Martes 7 de Mayo 2019. Sanar conectando con nuestro niño interior.




"Somos la suma total de nuestras experiencias. Lo cual quiere decir que estamos agobiados por nuestro pasado. Cuando experimentamos tensión o miedo en nuestra vida, si miramos detenidamente, encontraremos que la causa es realmente un recuerdo. Son las emociones que están atadas a esos recuerdos las que nos afectan ahora. El subconsciente, asocia una acción o persona en el presente, con algo que ocurrió en el pasado. Cuando esto ocurre, las emociones se reactivan y se produce la tensión" 
Mornah Simeona (Kahuna "Guardiana del Secreto, Lapa'au "Especialista en sanación")


Como ya hemos hablado en las anteriores reuniones, para tener una autoestima sana, es fundamental incorporar entre otros, estos hábitos saludables: 

El agradecimiento, ser conscientes, valorar y amar todo lo que tenemos. 

La escucha interna, darnos ese tiempo necesario para reconocer y gestionar lo que sentimos, nuestras emociones. Sentir, decidir y elegir lo que realmente deseamos hacer. 

El autoperdón, siendo generosos ante cualquier cosa que hayamos podido hacer, decir. No juzgarnos y concedernos otra oportunidad para mejorar. 

La compasión hacia nosotros mismos, seamos nuestros mejores amigos, inspiradores de nuestra mejor versión

Hoy sumamos el cuidado de nuestro niño interior, ser conscientes de esta parte inconsciente nuestra que tantas veces nos sabotea. Es de vital importancia para nuestro bienestar, para mantener esta sano autocuidado del que nos estamos ocupando.

Cada recuerdo, de cada experiencia vivida, desde el minuto uno de nuestra creación, está grabado como patrón de pensamiento en el reino etérico. Este magnífico grabador es el subconsciente, también llamado e identificado con el "niño interior". 

Como muy bien explica Alejandro Jodorowsky, pocos niños han tenido lo que quieren. Y ¿qué quiere un niño?

1º) Cuando somos niños queremos que nuestros padres nos vean tal y como somos. Si no ven nuestro talento, ese niño dentro de nosotros, luchará toda la vida por ser visto.

2º) Queremos ser amados. Es un mito que todos los padres amen a sus hijos. Depende de las circunstancias. Puede ser simplemente que tuviesen tres hijos y quisiesen una niña y resulta que es otro niño. Que seamos producto de una relación donde no haya amor. Que no tengan economía para tener otro muchacho más...infinidad de causas por las que la llegada de un niño puede no ser una pura felicidad. Ese niño se queda con esa sensación terrible de no ser "merecedor de Amor". Toda la vida, hasta que esto lo hacemos consciente, nos rodeamos de personas que no nos aman.
Ese niño quiere que deseen su existencia... si ellos no me aman, no se van a ocupar de mí...yo voy a morir...nos marca como un "intruso de la vida"

3º) Queremos ser protegidos y sentir seguridad. 

Existe una vergüenza íntima por el abandono/maltrato de nuestros padres, de nuestras heridas. No es fácil reconocerlas, las ignoramos y las damos de lado. Esto genera la soledad de la niña interior, que debe de ser atendida, cuidada, abrazada por nuestro adulto para acabar definitivamente con ellas. Debemos estar en ella, para curarla. Esta es una manera eficaz y amorosa de sanar nuestro pasado.

A través del niño interior podemos nutrir nuestra alma. Simboliza nuestro cordón, nuestra capacidad de entrega y de amor. Podemos cambiar incluso reacciones que tenemos aprendidas del pasado. Nada más y nada menos que nuestra vida emocional.



Tengas la edad que tengas, tenemos en nuestro interior un pequeño niño que necesita amor y aceptación. Tienes dentro un niña vulnerable, que necesita ayuda o un niño que necesita ternura y afecto. Tenemos que visualizarlo, reconocerlo, ocuparnos de él. Decirle que lo amamos, que sentimos lo que ha ocurrido.

El proceso de limpieza de Ho'oponopono es mucho más eficaz y fácil si trabajamos con nuestro niño interior. Es esta parte de nosotros la que guarda las memorias. Así que es través de este niño como manifestamos toda nuestra realidad. 

El niño aún vive dentro de nosotros y nos acompaña toda la vida. En muchos momentos sientes su sensibilidad, su disgusto, su tristeza, su dolor. Su pureza, su sorpresa, su inocencia y su ingenuidad, también. Cada edad que has vivido, cada suceso ocurrido, cada recuerdo está dentro de tu conciencia y de tu memoria

Ese niño guarda todas las impresiones fuertes que nos han afectado. Esas frases que se te han quedado grabadas, las necesidades que no pudieron ser cubiertas, la exigencia que te agobiaba. Esa visión de ti que te limitaba, "Aunque te encante hacerlo, no eres lo suficientemente bueno en esto, dedícate a otra cosa" "Con esta profesión no se gana suficiente dinero" "Para esto no vales"... y tantas otras cosas que te hicieron desistir muchas veces de lo que te hacía verdaderamente feliz.

También tienes grabado el amor que recibiste, los juegos, los momentos entrañables, las excursiones, los viajes, las tardes en el parque, patinar, montar en bicicleta, cuando comenzaste a practicar tu deporte favorito, bañarte en un río, en el mar, saltar las olas...

Todo esto se reproduce hoy. El escenario y los actores han cambiado, pero las emociones sí son las mismas, se repiten una y otra vez. Un grito, una discusión, un insulto...Te hacen volver a rememorar esos sentimientos de aquél momento cuando eras pequeño. También un olor agradable, una caricia, un halago, un abrazo, el sabor de una comida, te llevan automáticamente al hechizo de ese momento que tan felices fuimos. Todo está almacenado, nos produce esa sensación bien de amor, cobijo, seguridad, felicidad, satisfacción... o las experiencias contrarias, ese sentimiento de carencia, de no merecer, de insatisfacción continua.

Para sanar nuestro niño interior es necesario abrazar nuestras heridas, desde el adulto que somos. Ahora somos nosotros su Madre/Padre. Hay que darle confianza, no juzgarle. Estar ahí para él. Aceptarle. Comprender su tristeza, su sentimiento de pérdida, de lo que pudo pasar y no fue. Su frustración, la rabia que acumula por toda la situación vivida. La culpa que siente por todo lo que pasó y por aceptarlo sin más, tal cual surgió... cuando era tan pequeño que no podía haber hecho ninguna otra cosa. Cuando es totalmente inocente. Además de la inmensa soledad que sintió al pasar por todo ello solo.


Vamos a realizar un ejercicio para conectar con nuestro niño/niña interior. Sin expectativas. Le pediremos que nos ayude a sanar, a limpiar esas memorias que hacen que se repitan una y otra vez situaciones que no nos permiten ser felices. 


MEDITACIÓN. Visualización conexión con nuestro niño interior. 

Sentados cómodamente. Con la espalda erguida y los pies firmemente en el suelo. Nos relajamos, cerramos los ojos. 

Vamos a contemplar, a observar, a ocuparnos y sanar la relación más importante en la creación. La relación madre (mente consciente) y nuestro niño interior (subconsciente). 

Hacemos tres respiraciones profundas, a nuestro ritmo, como nos resulte más cómodo, relajamos los pies, tobillos, pantorrillas, rodillas, muslos, cadera, abdomen, pecho, brazos, cuello, cabeza...

Conectamos con una imagen de cuando éramos niños. Si no lo recuerdas, ayúdate de una foto, da igual la edad que tengas...

Visualizas a ese niño frente a ti. Te acercas con mucho cuidado, con mucho Amor. Le saludas, le pides permiso para hablar con él, es la primera vez que te diriges a ella... ¿puedo hablar contigo?

Por fin estoy frente a ti, reconozco tu presencia... "Te reconozco como parte de mí, ahora soy consciente de tu existencia" "Nos Amo"

Le hablamos reconociendo nuestra responsabilidad por todo el dolor que ha padecido...

Por favor, permíteme acariciar tu cabeza. Con mucho cariño le tocas la cabeza y le dices "Lo siento, por favor, perdóname por no haberte reconocido hasta ahora, por haberte ignorado. Por todas esas memorias, recuerdos y pensamientos dolorosos, tristezas, pesares, penalidades, por el dolor padecido, aceptado, permitido, acumulado... que te han causado este sufrimiento, que has almacenado en ti"

Si establecemos una buena relación entre la mente racional (madre) y la mente inconsciente (niño interior) este tomará la iniciativa de limpiar memorias nada más empezar a generarlas...hay que cuidar mucho esta relación. Es muy importante para nuestra paz y nuestra tranquilidad. Si esta relación funciona. Todo lo demás funciona a la perfección.

Podemos hacer que nuestro niño limpie de manera automática. No hace falta imaginar ninguna memoria dolorosa. Visualízate acariciando su cabeza, "Nos Amo" "Por favor, perdóname" sí, he sido descuidada y te he ignorado y manipulado.

"Lo siento, "Perdóname" por no haberme ocupado de ti. Por todas las vidas que he ignorado tu sufrimiento, tu rabia, tu tristeza, tu dolor. "Nos amo" te mereces lo mejor, eres inocente, no lo has podido hacer de otra manera, eras muy pequeña. Confía en mí, estaré siempre contigo, me ocuparé de ti. "Gracias" por formar parte de mí. Por confiar en mí. Por aceptar y darme una oportunidad de mejorar. Así estamos limpiando, borrando y corrigiendo esas memorias dolorosas grabadas. "Suelta y Confía" pidámosle que se libere de esas creencias limitantes, de esos pensamientos recurrentes, de esos recuerdos dolorosos que crean esa realidad que una y otra vez se nos repiten en nuestras vidas. 

Ahora, le pedimos ayuda para un problema, una situación, un dolor o malestar concreto.

Deja ir todas las memorias, los recuerdos, los pensamientos dolorosos que me hacen experimentar esta situación. No sé cuales son las memorias, ni quiero saberlo. Tú si sabes cuales son... Por favor, déjalas ir. Las entregamos, las ofrecemos a la Divinidad. Le pedimos a la Divinidad que por favor, las libere.

Pedimos al niño permiso para abrazarle dulcemente. Gracias por ser parte de mí, Nos amo. Lo siento por todas las memorias acumuladas que has experimentado con dolor y sufrimiento. Lo siento, por favor, perdóname...

Podemos hacer el ejercicio con cada situación que queramos limpiar, borrar, corregir. El problema son las memorias acumuladas... 

Ayúdame a dejar ir todas las memorias que están creando esta situación que me preocupa. Se la ofrecemos a la Divinidad y le pedimos que Libere esos recuerdos dolorosos. No sé cuales son esas memorias y no quiero saber cuales son... las que me han creado esta enfermedad, escasez, preocupaciones materiales, enfrentamientos, peleas, discusiones...

Qué es lo que está pasando en mí que genera este problema...por favor limpia todas las memorias en mí que crean esta situación no deseada. Las entregamos a la Divinidad y le pedimos que las libere y que las transforme en pura Luz.

Permíteme tomar tus hombros, le besas los ojos...te he causado dolor y tristeza, por favor perdóname. Gracias, gracias por estar dispuesto a dejar ir todo este sufrimiento, este dolor, para que tú y yo podamos limpiar estas memorias, desbloquear estas situaciones. Avanzar hacia la unidad, el Amor, hacia La Luz.

Terminamos haciendo 7 respiraciones conscientes.

Este ejercicio lo tenemos que simplificar lo más posible y hacerlo nuestro. Ya hemos tenido esta primera conexión. Ahora comunicarte con él será mucho más sencillo. Lo podemos hacer a cualquier hora del día. Incorporarlo a nuestra rutina...

Una vez acabadas las siete respiraciones, volvemos al momento presente, agradeciendo la experiencia, gracias, gracias, gracias.

Abrimos los ojos Bellos. 


"Para entrar en el reino De Dios, los Hombres deben de transformarse en niños"
Jesús (Mateo 18:3) 




Luz y Amor,

María Luisa Ferrer Arroyo
Red de Ho'oponopono Agartam






















 

Compartir:

Convocatorias Anteriores